Las medidas que están poniendo en marcha los autónomos para hacer frente a la situación.
La inflación en nuestro país ha alcanzado cifras récord. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que el IPC (Índice de Precios de Consumo) del mes de agosto se situó en el 10,5%. Los alimentos y bebidas, en concreto, se han encarecido un 13,8% si lo comparamos con 2021. Este incremento no se había dado jamás.
Todos los negocios se están viendo afectados por este aumento de los precios. Pero los pequeños negocios son los mayores perjudicados. Sus márgenes de costes son menores, sus pedidos con proveedores tienen un menor volumen y es más difícil negociar con ellos. Además, subir los precios para compensar esta subida puede suponer que el cliente busque otro proveedor (posiblemente más grande) que pueda mantener los precios.
El autónomo asume los costes para no subir precios al cliente
Las pequeñas y medianas empresas, sean del sector que sean, son las que más medidas están poniendo para poder adaptarse a esta situación. El objetivo para superar esta subida de los precios intentando que repercuta lo menos posible en sus clientes es aplicar una política de contención de costes. Los empresarios o autónomos al frente de los pequeños negocios asumen gran parte de la subida de los costes.
Con todo ello, se pone de manifiesto que la manera en la que los pequeños negocios se están adaptando a la inflación es utilizando sus propias políticas. Son los autónomos o empresarios los que asumen la subida de costes o quienes toman medidas de contención para poder no incrementar (o hacerlo lo menos posible) los precios al cliente final.